Olor a tierra mojada en casa de mis abuelos

Hace poco, platicando con mi novia, mencionamos que hace no tanto tiempo, cuando asistíamos a la primaria las vacaciones de verano iniciaban a mediados de Julio y regresábamos a clases hasta mediados de Septiembre. En éstos periodos vacacionales de dos meses aprovechábamos con mi familia y nos íbamos hasta un mes a casa de mis abuelos en Apatzingán, Mich. (sí, es la misma ciudad de la que oyen a diario en las noticias, aunque no por los motivos que yo quisiera). 

Durante este tiempo nos divertíamos a lo grande, visitábamos a mis primos e insistíamos en que nos llevaran a los balnearios de Michoacán cada que se podía y cuando convencíamos a «los papás» de que nos llevaran lo aprovechábamos al máximo y nos regresábamos hasta la noche, asoleados, somnolientos y hambrientos, con ganas de un chocomil (licuado) de fresa y una pieza de pan con nata en casa de la tía Irma.