Publicado por Adrián Mendoza
Hace unos años tuve uno de los sueños más extraños de toda mi vida, de pronto despertaba en un mundo post apocalíptico arrasado por zombies, hasta éste punto no hay nada raro, no es la primera vez que sueño con zombies. Despertaba en una casa que no conozco en medio del bosque y rodeada de nieve. Por los ventanales que estaban situados un poco por encima de la planta baja se podían ver eventualmente los movimientos de los no muertos que llegaban a pasar por fuera. Recuerdo que había una barra de hierro cerrando la puerta principal y prácticamente nunca salíamos, había una despensa llena como para alimentarnos un mes por lo menos.
Ahora si viene algo raro, la compañía que tenía en aquella casa. Sobrevivíamos 5 personas, la única que conocía era la tía de un amigo y no tengo idea de qué hacía en esa casa, había otra chava a la que llamaremos Gabriela para efectos prácticos, un tipo de unos 30 años al que llamaremos Pablo y un señor de unos 50 años al que llamaremos Alejandro. Lo más extraño de ésta historia es que hasta el día de hoy recuerdo como si hubiese pasado un par meses en aquella casa, recuerdo salir en alguna ocasión por víveres y como derretíamos nieve para beber y cocinar lo que se pudiera, es más, recuerdo haber comido, bebido, ido al baño, ya saben lo normal para vivir confinado en una casa con desconocidos.
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